Fresia Camacho
Este artículo realiza un acercamiento al Programa Puntos de Cultura en Costa Rica para valorar y dimensionar su aporte al fortalecimiento de las culturas comunitarias. Desde una mirada retrospectiva, recapitula la génesis, destaca los logros y anota algunas cualidades, fortalezas y desafíos. Invita a otras personas a sumarse en la tarea de la sistematización, investigación y visibilización del programa.
ANTIBIOGRAFÍA
Mi trabajo con la comunidad y de diálogo intersectorial no está exento de tensión. Cada vez más, me cuesta mucho digerir los juegos de poder, las danzas de los egos disfrazadas de discursos y verdades. Cada vez más, trato de acercarme a lo sencillo, a lo pequeño, a la raíz. Amo vivir al borde de la ciudad, en medio del verde, rodeada de juanilamas, romeros, albahacas y salvias. Anclarme aquí me da un respiro, un lugar desde donde relacionarme. Estoy aprendiendo a abrir canales para mi propia expresión creativa, con la palabra y los mosaicos, eso me atrae y me asusta. Así transito entre mi mundo íntimo y el mundo público. Si pudiera elegir un nuevo oficio, me gustaría ser narradora y caminante para andar por los pueblos , registrar y narrar la riqueza de la vida y la expresión comunitaria en toda su diversidad.
Una visita a Puntos de Cultura en Costa Rica
La escritura de este artículo se ha alimentado de una revisión de la página web del programa, las conversaciones con gestores culturales que participaron de la gestación, en especial Carolina Picado y Diego Zúñiga, y desde la escucha de entrevistas a Eduardo Reyes, actual coordinador del Programa en Costa Rica.
Desde el 2015 han pasado 8 años que se realizó la primera convocatoria del programa Puntos de Cultura en Costa Rica. En el 2018, concluí mi período en la entonces Dirección de Cultura (DC), hoy Dirección de Gestión Sociocultural (DGS) del Ministerio de Cultura y Juventud mientras el equipo de trabajo continuó con el programa.
Aclaro que mi acercamiento se da desde la subjetividad de quien ayudó a sembrar la semilla y abonó la tierra para que creciera. Se da desde la intención de reconocer, valorar, aprender e identificar potencialidades y vacíos, desde la humildad de quien no está empujando esa carreta. Se da desde la comprensión de que La Acción deja una huella más contundente que La Palabra y que ésta, a su vez, pesa más que el Pensamiento.
Recapitular: ejercitar la memoria
Puntos de Cultura nace en Costa Rica inspirado por el programa homónimo en Brasil, en medio del debate por la primera política cultural en el país. Antes, el Ministerio de Cultura y Juventud tenía un énfasis grande en la promoción y divulgación de las artes y en segundo lugar, una visión de gestión del patrimonio, en especial del patrimonio material.
En el marco de la discusión de la política cultural emergió con fuerza el tema de los Derechos Culturales: el derecho a ser portador de identidades, valores y significados, el derecho de todas las personas a desarrollar y compartir sus conocimientos y expresiones culturales, con creatividad, el derecho de los grupos minoritarios a realizar sus propias prácticas culturales, entre otros. Esta discusión nacional concluyó con la formulación de la Política Nacional de Derechos Culturales 2014- 2023.
En sincronía, en octubre del 2010 en Medellín emergió el Movimiento de Cultura Viva Comunitaria, con una agenda común que incluía la visibilidad y el reconocimiento del protagonismo de las iniciativas culturales comunitarias en las dinámicas sociales. Ambas líneas de diálogo se tejieron.
Celio Turino, filósofo y gestor cultural brasileño, tuvo una visión preclara cuando dijo que, en la epidermis de los territorios, los colectivos y organizaciones culturales de base comunitaria estaban masajeando los tejidos de la convivencia, la creatividad, la paz, las economías domésticas y, el cuido, en fin, la vida. Y que si desde el Estado, en vez de asumir ese rol de “super papá” que brinda programas estandarizados a los ciudadanos, se invertía en el fortalecimiento y conexión de esas iniciativas, la vida iba a mejorar el curso por donde transcurrir. Política cultural de abajo hacia arriba.
El fosforito prendió fuego en un grupo cada vez más amplio de personas en Costa Rica e interconectó ambos procesos. Las discusiones continentales influyeron en la participación de las comunidades, en especial de la gente joven organizada en redes, para la construcción de la política cultural. Decenas de reuniones, foros y discusiones en ese período influyeron en la decisión de incorporar el Programa Puntos de Cultura en el Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018.
“Un aterrizaje”… un poco forzoso
Los años 2014 y 2015 fueron de discusiones y construcciones colectivas al interior del equipo de la Dirección, el asesor del despacho y con personas de la sociedad civil. Fue un año de tensiones y aprendizajes, de tejer y destejer, de adecuar la propuesta de Celio a la capacidad de gestión de la entonces DC para tropicalizar el modelo a Costa Rica.
Los temas de discusión fueron diversos: cómo dar atención a las iniciativas incipientes, sin personería jurídica, que no necesariamente tenían la capacidad de administrar fondos públicos; cómo no caer en el clientelismo, en el apoyo a siempre los mismos, o siempre los cercanos; cómo trascender la visión de fondo concursable para que Puntos se convirtiera en un reconocimiento por parte del Estado hacia las organizaciones y la importancia de sus aportes; cómo estimular el trabajo en red, la resonancia y articulación entre las iniciativas socioculturales y cómo gestionar estas nuevas responsabilidades y tareas en la DC contando con el equipo humano que ya estaba instalado. En ese momento se lograron consensos que se expresaron en decisiones:
- No se requeriría pertenecer al Movimiento de Cultura Viva Comunitaria para poder acceder a los servicios del Programa. Debía tener equidad en la distribución de recursos en todas las regiones, cuidando la diversidad cultural y la inclusión de todas las voces.
- Se acordó la apertura de un fondo concursable para organizaciones con personería jurídica, dado que aún no se tenían las bases jurídicas ni la capacidad de acompañamiento para atender los colectivos y grupos que no contaran con este tipo de formalidad.
Finalmente, se logró el soporte jurídico para la puesta en marcha del programa mediante el Decreto Ejecutivo N° 39110-C y se lanzó la primera convocatoria en el mes de septiembre 2015 Decreto 39110 Puntos de Cultura.
Así, fui testigo de las primeras generaciones. A partir del 2018 mi vida tomó otros rumbos y desafíos. A partir de ese momento le correspondió al equipo de la DC, hoy DGS, continuar con el programa.
La visita
Este artículo, por tanto, es una nueva visita a un territorio que fue conocido, como cuando viviste hace años en una provincia lejana y querés ver a los amigos y amigas, sentarte a la mesa y saber qué ha pasado.
Este año 2023 el Programa cumple 9 años y ha apoyado 153 proyectos de organizaciones socioculturales con fondos económicos y otros recursos como capacitación Puntos de Cultura. Además, como parte del Programa Ibercultura Viva, también se estimula el trabajo en red, la producción audiovisual, el patrimonio gastronómico, los encuentros presenciales, entre otros.
Las categorías de la convocatoria abierta en este año integran actividades de formación artística o cultural; producción de actividades comunitarias; medios y propuestas de comunicación comunitaria; fortalecimiento organizacional y formación en gestión sociocultural y Espacios y equipamientos culturales.
Cocreación
El Programa toma valor a partir de las iniciativas de los gestores socioculturales en las comunidades, no busca uniformar esta riqueza, este es uno de sus principales valores: Libros y árboles, cuentos y derechos de los niños, mujeres muralistas, huertas, semillas y canciones, cine comunitario, personas adultas mayores y niñez, son ejemplo de una diversidad de ideas que sorprende. No es posible ni deseable clasificar la pluralidad de iniciativas, pues se manifiestan como los dibujos de un caleidoscopio y como en este, van cambiando en su relación con el entorno. Con el apoyo de los pequeños recursos y el esfuerzo comunitario, unas logran multiplicarse, otras expandirse, otras transformarse. Con el paso del tiempo sobreviven aquellas que debían hacerlo, como en la naturaleza, como en la vida. Pero incluso aquellas iniciativas que no logran trascender son laboratorios socioculturales que permiten fortalecer las capacidades de las personas que se vieron involucradas y se van a ver reflejadas en otras dinámicas de servicio y animación.
Articulación
Puntos de Cultura es parte de una estrategia más amplia que integra la formación y capacitación, el Programa IberCultura Viva con sus diversos estímulos. El mismo programa Puntos de Cultura integra entre sus líneas de acción la realización de encuentros, capacitaciones, foros y permite la apertura de canales de comunicación y aprendizaje mutuo.
Acompañamiento
El equipo de trabajo de la DGS, brinda acompañamiento a los grupos y organizaciones, y en esa relación, se fortalecen sus talentos y se amplían sus capacidades de gestión.
Desafíos
Sin embargo, no dejan de existir desafíos, que son los que permiten avanzar, mejorar, transformarse. Desde mi perspectiva, anoto dos para la reflexión.
En la apuesta inicial, las organizaciones, colectivos y grupos que actúan en sus comunidades con perspectiva sociocultural se reconocen, visibilizan y apoyan en su condición de tener la capacidad de realizar acupuntura sociocultural. Entonces, las organizaciones y colectivos no pierden su condición de Puntos de Cultura cuando no están ejecutando fondos públicos. En su momento se pensó que en el Sistema de Información Cultural de Costa Rica, podría haber una categoría de Puntos de Cultura para las organizaciones socioculturales que buscaran ese reconocimiento o certificación pública; donde no sólo el recurso económico iba a ser el beneficio, sino la posibilidad de tener una acreditación para dialogar con otros actores públicos y privados. Este tipo de reconocimiento es una tarea pendiente en Costa Rica y se ha logrado en otros países como Perú, donde existe un registro de Organizaciones Puntos de Cultura, que se actualiza año con año.
La vida de las organizaciones y en especial de los colectivos muchas veces no está estructurada en proyectos, sino más bien en procesos de gestión sociocultural, que permiten ir hilvanando fortalezas y oportunidades y encarando los obstáculos que surgen en el camino. Las más de las veces, no son estructuras institucionales, sino más bien horizontales y circulares, que surgen desde el pálpito, las intuiciones, los aprendizajes. Esa característica puede ser una debilidad y también puede ser una fortaleza, pues les permite fluir como el agua sin aferrarse a metas, motivadas por sueños y visiones que se van moldeando en la vida cotidiana de las organizaciones.
La lógica del Estado es generalmente opuesta: hay que cuantificar, tener estructura y ser capaces de hacer rendición de cuentas. Es importante atender el diálogo entre esas dos dinámicas, esos dos lenguajes, de manera respetuosa y abierta, de modo que se pueda cumplir con los requerimientos de la función pública y respetar las características de las dinámicas comunitarias.
Ha sido una visita rápida a este amado programa que bien merece una vida larga. Pero más bien es un estímulo para el desarrollo de sistematizaciones, investigaciones y reconocimiento a la inmensa labor de las organizaciones socioculturales y el equipo de trabajo de la DGS.