Numa Dávila
A partir de repensar la relación entre los cuerpos y las culturas, haciendo énfasis en la producción de cuerpos como producciones culturales constituidas por la historia y el territorio particular desde el que se ubican, me detengo a reflexionar sobre los procesos de materialización, de imaginación política y de producción corporal desde mi experiencia como una persona ladina-mestiza, organizada en una colectiva de disidencia sexual y corporal en la ciudad de Guatemala.
ANTIBIOGRAFÍA
Soy un animaleje al que le gusta comer, dormir, orgasmear, escribir, leer, recibir y dar mimos. Vivo con un perro de 12 y un gato de 6 años, Teo y Tito. Juntxs somos una manada interespecie desde la que resistimos a la crueldad del mundo humano. Me gusta asombrarme ante la vida, aunque eso no siempre sea cómodo ni agradable. Trato de cultivar la fluidez y la curiosidad como poderes para enfrentar la vida y sus tránsitos inesperados. Me gusta pensarme nómade, transfronterizo y mutante.
Sentir los cuerpos para sentir las culturas
“Los cuerpos no son materia inerte,
sino se construyen al significarse, al simbolizarse y al imaginarse”
Emma Chirix
Cuando pienso en las culturas, pienso en los cuerpos que las producen, afectados por climas, alturas, tecnologías, seres humanos y no humanos, e infinidad de materias y relaciones que sostenemos y construimos constantemente en la producción histórica de nuestra especie en mutación.
Las culturas, como conjuntos de lenguajes, imágenes, saberes, prácticas, valores y significados nos permiten el sentido de lo compartido, de los afectos, de los contagios. Nos permiten también explorar las fantasías de lo “nuestro” y lo “otro”, las cuales fisuramos con nuestras existencias híbridas y mestizas que desobedecen y desbordan las narrativas colonialistas y nacionales que inventan fronteras y jerarquías para justificar y naturalizar el dominio.
Las fisuras emergen de la vida, y, por tanto, la idea de culturas vivas se vincula con cuerpos vivos, vividos 1 , que transmutan según sus movimientos temporales geográficos. Así como se mueve la cultura se mueve la geografía, aunque eso no precisamente se refleje en la forma en que están trazados los mapas o en que se nos presentan los cuerpos en los medios de comunicación.
Son muchos los cuerpos que en diversos contextos culturales se ven sometidos a múltiples violencias, ya sea desde la ciencia occidental, la religión, la tradición y el estado. Desde nuestras experiencias colonizadas “el cuerpo siempre ha sido racializado y generizado. En las sociedades, los cuerpos encarnan la estructura social: cada casta, clan, grupo étnico, sector social tiene un particular modo de gestionar su corporalidad.” (Chirix, 2013, pág. 50) . Las formas de producción de corporalidad son pues producciones culturales arraigadas a la historia y al territorio.
Partiendo de mi experiencia como una persona ladina y mestiza, disidente sexual, nacida en la ciudad de Guatemala, me parece importante lo que señalan algunas mujeres en la investigación de Femestizajes (2019), respecto a que muchas de las personas ladinas y mestizas tenemos más consciencia y sentires sobre nuestra identidad de género y/o sexual, que de nuestra identidad racial. Esto tiene que ver con que en las operaciones que naturalizan la dominación racial se invisibiliza quien se beneficia de privilegios y ejerce dicha violencia. Para nosotrxs mismxs como ladinxs y mestizxs es difícil reconocer e identificar las formas en que reproducimos el racismo y los privilegios de los que nos beneficiamos, pues precisamente sobre ello se sostiene y reproduce el cistema racista, de despojo. Sin embargo, mis identidades sexuales y mis procesos de autoconocimiento desde muy joven se manifestaron través de la poesía y las artes visuales, llevándome posteriormente a la antropología y las ciencias sociales como espacios en los que he podido identificar, criticar y procurar desaprender la naturalización de la violencia racista, la obediencia a la autoridad y el silenciocomo parte del régimen normativo que oprime nuestras potencias creativas, corporales, nuestras posibilidades de placer, afecto, deseo y libertad.
Como plantea la socióloga Emma Chirix “El cuerpo se hace material y vital a través de su carne y sus huesos, de sus emociones, sentimientos, anhelos, pero también de sus luchas” (Chirix, 2013, pág. 49) y en este sentido me parece que la producción cultural de cuerpos que hemos sido marcados por la violencia patriarcal, colonial y cis-heteronormativa 2 es una lucha que apuesta por corroer las estructuras binarias y jerárquicas que sostienen la supremacía blanca, masculina y capitalista. Y por imaginar mundos más libres. Para que la cultura exista, es necesario que exista la libre autodeterminación que nos permite la posibilidad de la diferencia, la asociación y la transferencia como nutrientes vitales de los intercambios interespecie, pues “nadie puede hacer grancosa por sí solo ” (Guin, 2014) .
“El hogar, al imaginarse, empieza a ser”
Úrsula K. Le Guin
Desde la experiencia de los circuitos urbanos del arte en la ciudad de Guatemala, y a partir de cuestionar y desobedecer los mandatos heteronormativos de la moral ladina y mestiza, con algunxs amigxs empezamos a confabular y construir una complicidad que tenía que ver con crear espacios para poner a circular arte y narrativas sobre cuerpos y sexualidades que aún no tenía un lugar para mostrarse en Guatemala. Propuestas y espacios de encuentro donde pudiéramos hablar desde nuestros propios cuerpos, desde nuestras fantasías, amores, fetiches, placeres, deseos y políticas.
Como enfatiza la escritora Úrsula K. Le Guin, “los seres humanos siempre han formado grupos para imaginar cómo vivir mejor y ayudarse los unos a los otros a conseguirlo” (Guin, 2014) . Y eso fue lo que hicimos cuando iniciamos Cuirpoétikas, imaginar y desear otros mundos posibles y habitables para quienes disidimos de la heterosexualidad obligatoria, de los mandatos racistas y clasistas, del cuerpo sano y normal.
Además, coincidíamos en que estas interpelaciones no solo iban hacia los circuitos artísticos y hacia nosotrxs mismxs, sino también a las culturas sexuales, a las comunidades de la diversidad y disidencia sexual que se ubican más desde los activismos políticos, pues estos espacios también son nichos (Fregoso, 2021) en los que se reproducen violencias.
Movidxs por estos deseos y abiertxs a transitar un camino de cuestionamientos, incomodidades, pero también de encuentro, complicidad y disfrute, hemos recorrido cinco años, haciendo apariciones que van desde un festival artístico anual hasta espacios formativos y de experimentación en complicidad con otrxs artistas y pensadorxs de diversas partes de Latinoamérica y/o Abya Yala.
Hasta el día de hoy, se mantiene encendida la llama que nos consume, y seguimos deseando inventar climas que no existen, y que no sean a causa del calentamiento global sino por el calentamiento de nuestros cuerpos en la cercanía, detonando las fronteras y jerarquías sexo raciales que nos violentan. La fuerza imaginativa que nos mueve produce cuerpos y culturas. Pues como señala lx artista sociólogx-activista-deformadx Iki Yos Piña Narváez “la imaginación es radical, radicalmente material. Hay que entender lo imaginado como un hecho material político. La invención y la imaginación es ahora, es el presente. La imaginación política son nuestros cuerpos en el everyday” (2021).
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1 Para Emma Chirix este término hace referencia a la experiencia corporal, a “estar en el mundo, existir en el cuerpo” (Chirix, 2013)
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2 Imposición y creencia de que todas las personas son cisgénero y heterosexuales por una aparente idea de“naturaleza”.
Bibliografía
Chirix, E. (2013). Ch’akulal, chuq’aib’il chuqa b’anobäl: Mayab’ ixoqi’ chi ru pam jun kaxlan tz’apatäl tijonïk. Cuerpos, poderes y políticas: Mujeres mayas en un internado católico. Guatemala: Ediciones Maya’ Na’oj.
Fregoso, G. C. (2021). Los “Nichos del racismo “ que la narrativa mestiza ha creado. Obtenido de https://youtu.be/a6Gdi73yj58
Guin, Ú. K. (2014). Las instrucciones de uso. En Ú. K. Guin, Sobre la escritura, la lectura y la imaginación. Contar es escuchar.
Narváez, I. Y. (05 de agosto de 2021). Soy una travesti. Presentación de la fanzine Un manifiesto analquista. Tra(n)splantar: poéticas anales y amor vegetal de Johan Mijail.
Urizar, Y. A. (2019). Femestizajes. Cuerpos y sexualidades racializados de ladinas- mestizas. Guatemala: F&G Editores .