Maríaalejandra Gámez
Inicio con una serie de preguntas que no se limitan, ya que considero que las distintas expresiones artísticas forman parte de nuestro diario vivir, pero que a veces no logramos reconocerlas a simple vista. Porque estos espacios a veces se encuentran limitados, intentando reflexionar acerca de lo que nos ayuda a crear diálogos internos de lo que el arte significa para nosotros y poder exteriorizar a través de actividades afines o que simplemente forman parte de lo cotidiano. Porque somos arte en su máxima expresión. Vivimos del arte. Compartimos arte.
ANTIBIOGRAFÍA
Me gusta todo lo que evoluciona, lo que te enseña, de lo que aprendes, de lo que te apasiona y tranquiliza. Me gusta todo, pero a veces soy llena de cosas, entonces ¿le paramos a las preguntas, o cuestionamos “esas cosas”? Puedo comer helado en el desayuno, almuerzo y cena, pero no puedo comer cuando la garganta está llena de preguntas ajenas. No me gusta que me conozcan por lo que digo, sino por lo que transmito. Quiero presentarme como un nudo ciego, que a veces encuentra las palabras dispersas, con el privilegio de sentir, de sentir mucho.
¿Por qué dejamos el arte para después?
¿Por qué dejamos el arte para después?
¿Por qué nos mueve, nos conmueve el sentir de otros, pero no el de nosotros?
¿Por qué arrastramos los pies?
¿Por qué la insólita presencia de la ceguera nos permite percibirnos despacio?
Pero no mientras permanecemos en medio de la cortina y los audios que se pierden en cada cuarto que nos llama a la Paura.
La Paura.
La Paura porque tiene nombre, pronombre y sonrisa.
Porque en ese despertar, nos recogimos el cabello, las bacterias y los sustantivos.
despertar en silencio
despertar con las penas a medias, con el alma dispersa
y la Paura,
la Paura a las tres y veintiocho de cada madrugada.
Justo cuando el silencio te contempla,
despertás aún entre cada pausa prolongada y la ventana inquieta por contar las horas (…)
Y las ideas dispersas.
– Paura –
Vivir el arte a través de lo cotidiano, nos hace sentir que nuestro día a día no ha sido en vano; pero, entender el arte desde cómo lo interpretamos, hacia dónde lo llevamos, nos hace estar en momentos de silencio cuando no logramos vincularlo con nuestras tareas, obligaciones, responsabilidades (…) y demás recordatorios al tener presente que debemos de cumplir con ese entorno, desde dónde nos adentramos (de nuevo a lo cotidiano).
Continuando con las preguntas que nos hacen cuestionarnos una vez más, desde dónde es necesario partir, ¿Y los sentires deben también de prolongarse? ¿Por qué nos cuesta tanto encontrarnos a través del arte? ¿Por qué se considera como una herramienta necesaria cuando percibimos alguna especie de dolor? Pero viene la calma, y de repente ¿nos sumergimos de nuevo en el ciclo secuencial que premedita el tiempo en un “después” para poder disfrutarlo? Si la mayor parte del tiempo el arte es considerado como una herramienta válida para el ocio, ¿A quién, a quienes denominamos artistas entonces, cuando nos entregan su tiempo/esfuerzo y energía a través de lo diverso?
Desde los espacios que encontramos para interpretar el arte en sus distintas ramas y fuentes de creatividad, para aplicarlas, cuestionarlas, debatirlas y proyectarlas; el crear una conexión desde lo inimaginable con lo cuantificable, en donde al escuchar a Mariana Fresnedo acerca del proceso de materialización desde la perspectiva de la física cuántica, las ideas que se condensan a través de suficientes moléculas y se empieza a formar la materia a través del pensamiento y la emoción. (Thomassiny, 2022, 4:45 – 8:42s) Nos hace sumergirnos en un collage repentino de música, libros, videos, fotografías, cuadros, colores, símbolos y toda esa amplitud de pensamientos que vamos teniendo y memorando a través de percepciones que no permanecen estáticas sino que dinamizan su proceso conforme lo afín, lo que nos agrada, nos altera las emociones, o nos hace discutir internamente el porqué de la percepción a través de un diálogo con los distintos paradigmas que encontramos como souvenirs alternos al hablar de todo y no aterrizar en un tema en concreto.
Definiéndolo de otra forma, nunca encontramos cuando es el tiempo preciso para marcar el “después” sin que el mismo quede en un vacío constante para volver a retomarlo a la hora justa para poder experimentar a través de la creatividad. Podemos levantarnos, encender la radio, mientras nos cepillamos, vamos viendo como nuestro rostro va cambiando conforme los años, conforme los pasos. Esas pequeñas decisiones, que no percatamos en su momento, ¿Qué canción pondremos para iniciar el día? pero que debe ser igual de importante como el poder comprender cuándo debe de iniciar para acompañarnos en el proceso.
La hora exacta cuando vamos uniendo cada pieza, como un todo empático hacia nuestro ser y que nos ilumina para mantener la cordura y fijarnos en el siguiente paso que debemos de tomar. Estando tan presente como los movimientos de nuestro cuerpo, mientras vamos respirando, vamos filmando cada espacio, sin notarlo, somos arte.
Somos todo lo que se mueve, porque también nos mueve, somos seres a través de otros seres, porque sentimos, percibimos, decidimos. Porque tenemos tantas capacidades, que encerrarlas entre palabras no nos darían una conclusión exacta de lo que somos capaces de fluir, sentir, percibir. El arte no se limita ¿Por qué tendríamos que limitarla entonces? Si los espacios no han sido dados, podemos buscarlos, crearlos, conectarlos.
El arte trasciende a través de la historia. Porque lo personal, lo político, lo cultural, lo espiritual y lo demás se dispersa en lo que nos hace ser, nos hace creer. Y ahí es donde le encontramos un sentido, porque lo utópico también será lo bien vivido.
Referencias:
1Paura significa miedo en italiano, lo agregamos en este idioma porque se asemeja más al cómo lo quisimos nombrar al externalizarlo.
Yannina Thomassiny. (15 de marzo 2022). El poder de materializar explicado por física cuántica. (No. 157) [Episodio de Podcast]. En Sabiduría Psicodélica. Spotify https://open.spotify.com/episode/6EYd1ALzUgIhi5i2woCoI1?si=4e5a93de2ab3435
