Brenda Raquel Palma Cardona
El artículo se inspira en la vulneración de los derechos laborales de las mujeres, y una experiencia personal que motiva ayudar a otras a sobresalir con resiliencia. A través del texto busco generar conciencia sobre la situación de las mujeres y dar a conocer la legislación nacional que protege sus derechos. Aunque la lentitud de los procesos judiciales genera impotencia, se enfatiza la importancia de divulgar cómo defender los derechos y las instituciones a las cuales acudir. Profesando compromiso por empoderar a otras mujeres, creyendo firmemente que es posible generar cambios desde la conciencia, conocimiento y vivencias.
ANTIBIOGRAFÍA
Me gusta dedicarme con entusiasmo a motivar a otros a aprender sobre sus derechos, luchar por la justicia social y defender posturas que, aunque inusuales, contribuyen a la dignidad humana. Mi interés en el baloncesto, las caminatas y el levantamiento de pesas refleja mi compromiso con la salud física, mientras que mi afición por la lectura abarca una amplia gama de temas religiosos, políticos y sociales. Me hace feliz y me complace observar la felicidad y espontaneidad en las personas, tanto en aquellos a quienes amo, como en quienes no conozco. Encuentro gratificante ser testigo de la empatía hacia quienes más lo necesitan y promover un mundo más humano, libre de la necesidad de recurrir a instituciones religiosas o políticas para ayudar a los demás. La resiliencia y solidaridad de los guatemaltecos, a pesar de las adversidades, también me inspira. No me gusta la dificultad de cambiar las actitudes de quienes persiguen intereses particulares en detrimento de la dignidad humana. Aunque no puedo transformar el sistema político y social en su totalidad, estoy convencida de que incluso una pequeña contribución puede marcar una diferencia significativa. Desapruebo firmemente la codicia y el abuso a los vulnerables para obtener beneficios personales, así como el sistema de corrupción que persiste en Guatemala, donde se silencia a quienes defienden los derechos y se utiliza el miedo para coartar la difusión de estos. No comparto ideologías egoístas o de lucro personal. Me hace sentir orgullosa mi capacidad para enfrentar adversidades, especialmente con el apoyo del creador y mi compañero de vida, Misael Juárez.
El impacto de la violencia laboral en el desarrollo profesional de las mujeres en Guatemala: un estudio de caso y análisis comparativo
La violencia laboral constituye un desafío que afecta a mujeres en múltiples contextos a nivel global, Guatemala no escapa a esta realidad. Este fenómeno se materializa en diversos sucesos como el acoso sexual, la discriminación de género, el maltrato emocional y psicológico, entre otras conductas que menoscaban la dignidad y vulneran los derechos de las trabajadoras. A pesar de los progresos en materia normativa y las iniciativas gubernamentales orientadas a salvaguardar los derechos de las mujeres, la persistencia de la violencia laboral sigue representando un notable obstáculo para el crecimiento tanto profesional como personal de muchas mujeres guatemaltecas.
Este texto tiene como objetivo explorar y analizar el impacto de la violencia laboral en las mujeres guatemaltecas, centrándose en cómo estas experiencias afectan tanto su trayectoria profesional como su bienestar personal. A través de un estudio de caso y un análisis comparativo, se esboza una visión completa de esta problemática, resaltando no solo las experiencias individuales de las víctimas, sino también el contexto socioeconómico y cultural que perpetúa estas formas de violencia. En Guatemala, las mujeres enfrentan barreras adicionales en el ámbito laboral debido a profundas desigualdades de género y una cultura patriarcal que, en muchos casos, justifica o minimiza la violencia. Estas barreras no solo limitan las oportunidades de ascenso y crecimiento profesional, sino que también tienen repercusiones negativas en la salud mental y emocional, afectando la calidad de vida en general.
Lo que se busca es contribuir al entendimiento y sensibilización sobre la violencia laboral contra las mujeres, y servir como base para futuras investigaciones y acciones que promuevan la igualdad de género y el respeto a los derechos laborales en Guatemala.
Desde mi condición de mujer profesional y trabajadora, deseo exponer mi situación particular respecto a mi empleo en una entidad estatal cuyo objetivo primordial es la atención a la población económicamente activa y la defensa de sus derechos. Sin embargo, debo señalar que ser una mujer profesional representa una amenaza considerable para el sistema capitalista patriarcal, el cual tiende a menospreciar y socavar la dignidad femenina a través de prácticas de represión y hostilidad. Esta situación se manifiesta en la imposición de roles y jerarquías que subyugan a los trabajadores, ejercidos por “jefes”, “autoridades”, o “superiores”. Estos términos perpetúan una estructura que por el contrario debería fomentar la colaboración equitativa, dado que en toda organización las personas son “colaboradoras” y se aspira a un fin común: desplegar nuestra labor de manera ética y profesional para satisfacer nuestro proyecto de vida.
De acuerdo a lo referido anteriormente en Guatemala y determinadas por el contexto patriarcal “las mujeres únicamente deben ser subalternas de jefes (hombres) y sujetarse a los lineamientos que éstos establezcan, menospreciando su dignidad, reputación, honestidad entre otros valores. Se ha evidenciado que para ser contratada se debe estar dispuesta a evaluarse y pasar filtros del área de recursos humanos, que entrevistan con preguntas sobre la vida personal como: ¿Eres casada o tienes pareja? ¿Tienen hijos? ¿Utilizan algún método de planificación familiar? ¿Tu relación es estable o tienes problemas con tu pareja?
Se trata de interrogantes que menoscaban la privacidad de cualquier empleada, pues están diseñadas para detectar de manera sospechosa cierto aspecto de la vida y de las aspiraciones personales de las mujeres; que desde una lógica patriarcal se consideran como débiles, o problemáticas y de esta manera poder ejercer influencia con una actitud narcisista. Como consecuencia de estas prácticas, se ajustan los horarios laborales, se asigna una mayor carga de trabajo a las mujeres como una práctica de vulneración, en tanto obligan a las trabajadoras a horas extras, frecuentemente sin remuneración, con el fin de generar complicaciones en su vida personal.
En adición, la mujer es percibida como una amenaza cuando posee una mayor preparación académica que los “jefes”, mayor experiencia o si demuestra mayor empatía hacia sus compañeros de trabajo. También, se considera amenazante cuando defiende activamente los derechos de las personas usuarios de los servicios que la empresa o institución presta, si no se le concede al jefe protagonismo exclusivo en todas las actividades. Una situación aún más grave, que lamentablemente está ganando aceptación, es que para asegurar un puesto de trabajo basado en “confianza”, la mujer debe haber pagado un precio económico y, de manera alarmante, un precio físico mediante la coacción a tener relaciones sexuales para ser contratada como nueva empleada o para ascender de puesto. Este tipo de prácticas prolongan el acoso sexual, fomentado por la posición de autoridad que los jefes representan y que los empleados deben acatar sin objeción alguna. (Naciones Unidas, Derechos humanos, oficina del alto comisionado, 2023)
En el caso de que una mujer profesional se niegue a aceptar acoso sexual o laboral y defienda los derechos propios o de otras mujeres dentro de una empresa, es percibida como una amenaza al sistema. Esta situación puede resultar en un despido injustificado, amenazas a su reputación, limitaciones en el ejercicio de sus funciones laborales, o incluso ser trasladada a otra región del país, lo que podría implicar un distanciamiento de su núcleo familiar y generar problemas financieros debido a los costos asociados con la reubicación y la pérdida de sus activos actuales.
Otro aspecto adverso para las mujeres surge cuando, al denunciar acoso laboral o sexual dentro de la misma empresa, no reciben respaldo por parte de la administración pues la persona denunciada tiene conexiones con todas las autoridades de la institución. Esto obliga a las mujeres a buscar apoyo en entidades externas como la Fiscalía de la Mujer del Ministerio Público, el Instituto de la Víctima, la Procuraduría de Derechos Humanos y el Ministerio de Trabajo y Previsión Social. Sin embargo, al exponer su caso, se enfrentan a un sistema judicial que parece estar en su contra, a razón que solicitan pruebas, testigos y testimonios que ningún compañero de trabajo se atreve a proporcionar o respaldar, por temor a las represalias del jefe. Esto podría ocasionar su despido.
Una situación profundamente deshumanizante y re victimizante ocurre cuando las mujeres, que acuden a las instituciones estatales para presentar denuncias son recibidas por personal femenino que las percibe con escepticismo, insinuando que están mintiendo, desacreditando sus declaraciones, o sugiriendo que sus acciones solo añaden carga de trabajo innecesaria. Estos factores desmotivan significativamente el proceso legal contra los acosadores, que además se caracteriza por su lentitud, con casos que pueden extenderse hasta tres años antes de que el Ministerio Público resuelva la situación.
Lo expuesto anteriormente, genera en las mujeres sentimientos de temor, intimidación, trastornos del sueño, problemas familiares y deterioro de la salud, afectando así tanto su integridad física como emocional de manera profunda. Personalmente, he experimentado sensaciones de agobio, tristeza y decepción frente al sistema judicial guatemalteco que considero fallido, ya que infunde la revictimización de las mujeres.
La manera en la que he enfrentado la problemática del acoso laboral, sexual y psicológico en mi vida personal es con gran resiliencia. He llegado a comprender que los obstáculos y desafíos son parte inevitable de la vida, son piedras en el camino que nos enseñan a caer y levantarnos para contemplar un nuevo amanecer. Persistir en la defensa de los derechos humanos es para mí una prioridad, independientemente de la condición económica o la posición laboral de los demás. Encuentro refugio en mi fortaleza interior, la cual me guía en esta travesía.
Fundamentos legales para proteger a la mujer
En Guatemala, se encuentran vigentes diversas leyes y disposiciones legales diseñadas para proteger a las mujeres contra el acoso laboral, sexual y la violencia psicológica en el ámbito laboral. A continuación, se enumeran algunas de las leyes y artículos relevantes:
- Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW): aunque es un tratado internacional y no una ley específica, insta a los Estados a adoptar medidas para eliminar la discriminación de género, incluida la protección contra la violencia y el acoso.
- Ley contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata de Personas de Guatemala: esta ley aborda explícitamente la violencia sexual, incluyendo el acoso sexual dentro del entorno laboral.
- Código de Trabajo de Guatemala: contiene disposiciones que protegen los derechos laborales, incluyendo medidas contra el acoso laboral y la discriminación de género en el lugar de trabajo.
- Ley de Igualdad de Oportunidades para las Mujeres de Guatemala: su propósito es promover la igualdad de oportunidades y eliminar la discriminación en el empleo y la ocupación, incluyendo la protección contra el acoso laboral y sexual.
- Protocolo para la Atención de Casos de Violencia contra las Mujeres y la Vida Intrafamiliar (Guatemala): establecer procedimientos para la atención y protección de mujeres víctimas de violencia, incluyendo la violencia psicológica.
Estas leyes y normativas tienen como objetivo asegurar un ambiente laboral seguro y respetuoso para las mujeres, proporcionando mecanismos legales para la denuncia, protección y sanción en casos de acoso laboral, sexual y violencia psicológica. Es crucial revisar detenidamente las leyes específicas de cada país para comprender a fondo las protecciones y recursos disponibles para las mujeres en situación de vulnerabilidad laboral.
Desde mi experiencia, deseo que las leyes existentes en Guatemala no permanezcan como meras palabras en papel, sino que se profundice en la urgencia de proteger de manera universal los derechos tanto de mujeres como de niñas, sin sucumbir a intereses particulares que incluyen la corrupción, la deshonestidad y el desinterés personal. Es fundamental que todos los funcionarios públicos aborden estas cuestiones con empatía, principios y valores que promuevan los derechos de las mujeres de manera imparcial y equitativa, defendiendo su dignidad y valor por encima de todo. Es imperativo que como guatemaltecas nos apoyemos mutuamente y promovamos espacios libres de violencia, sin discriminación ni racismo, en el respeto de nuestra dignidad e integridad como mujeres.
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Bibliografía
Constitución Política de la República de Guatemala. (1985 ). Congreso de la República .
Naciones Unidas, Derechos humanos, oficina del alto comisionado. (2023). Derechos humanos de las mujeres: responsabilidad de toda la sociedad. OACNUDH.
Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. (2006). Derechos humanos de las mujeres en Guatemala . Universidad San Carlos de Guatemala .
Organización de Naciones Unidas -ONU-. (2013). Estados Unidos .
Política Nacional de Seguridad . (2017). Guatemala : Consejo Nacional de Seguridad .