Vértebra Cultural “la columna”

Artista Emprendedora

Angie Masters

Resulta que en este país, ser artista es una tarea compleja, porque requieres horas y horas de práctica/estudio, alcanzar la calidad artística que conlleva años de esfuerzo; además, los empleos formales escasean, son inestables y mal pagados. Se nos ofrece una gloriosa salida, una herramienta milagrosa, “emprender”. De quién depende encontrar las soluciones ¿de los artistas?, ¿de la comunidad?, o es un tema que se eleva a los grandes poderes que rigen el sistema dominante.

ANTIBIOGRAFÍA

Educadora popular feminista, poeta irreverente de lo establecido, mujer lesbiana, que no es capaz de dejar de soñar despierta, porque aunque el sistema lo quiera impedir, todo es posible para quienes tienen la rebeldía de esperar lo imposible. Que habita las páginas en blanco como trinchera de las luchas interminables que se gestan en la imaginación de quienes se atreven a repensar la realidad. Creyente fiel de que la cultura no es una arista más, es un camino para reconstruir comunidades enteras desde la dignidad, la soberanía y la creatividad. Mujer empeñada en hacerse a sí misma y de paso ser feliz en el proceso porque una mujer feliz consigo misma, es antes que nada antisistema.


Artista Emprendedora

Charlando con una artista multidisciplinaria guatemalteca, me comentaba el deseo por dedicar tiempo y energía a mejorar sus técnicas, a perfeccionar sus artes, antes que a construir formas de venderlo, comprendiendo que, lo que se refiere a una artista debe ser más que solo eso, haciendo más compleja su labor.

Resulta que en Guatemala, ser artista es una labor compleja, porque, para serlo se requiere: horas y horas de práctica/estudio, disciplina para alcanzar la calidad artística, dedicación constante e incluso un proyecto de vida desde la infancia; es decir disciplinas artísticas que conlleven años de preparación profesional. Una persona artista debe casi por obligación, conocer sobre gestión, marketing, contabilidad, administración, ser community manager o hasta influencer de redes sociales. Saber armar una empresa, entre otras, muchas capacidades claro. 

Siendo una mujer guatemalteca, educada en el sistema nacional, sé por ejemplo que no recibimos educación financiera que nos permita saber cuánto cobrar justamente por nuestro trabajo, como la mayoría de gente que conozco, no sabe a qué precio dar un producto o servicio autónomo. En esta época, a menos que entres en procesos de sanación, aprender a reconocer lo que mereces como persona, no está en ningún pensum. 

A sabiendas que la mayoría de personas con profesiones artísticas se sienten abrumadas con las cuestiones estructuradas de las ciencias comerciales. Artistas, que buscan herramientas “creativas” para generar con su trabajo el salario que ameritan, suelen estar sujetas a contrataciones, mal remuneradas con contratos poco justos, sin las condiciones adecuadas. Además, pienso ¿la persona artista tiene las mismas posibilidades  que otras profesiones?

A lo anterior se suma que, si se encuentra una fuente de empleo segura estará vinculadas a grandes empresas relacionadas al entretenimiento y espectáculo, donde se viene una nueva paradoja, se les requiere ser excelentes en sus áreas; también se espera que posean una apariencia física “digna” del marketing,  con rasgos y estereotipos claramente fuera del alcance para la mayoría.

Con este panorama, tenemos claro que el sistema no nos deja un camino sencillo. En una sociedad donde los empleos formales escasean, son inestables y mal pagados, en todas las áreas profesionales. Nos queda una ruta con bastante  divulgación actualmente, opción que parece muy buena, que conlleva hacerla, ante nuestra realidad una verdadera “salida”, emprender.

Según la RAE una persona emprendedora es “aquella que emprende con resolución, acciones o empresas innovadoras”, en Guatemala, cualquier persona que inicie un negocio o servicio individual, debe inscribirse en la SAT (superintendencia de administración tributaria), si decide prestar servicios facturables, esto significa que, se le restará un 5% de sus ingresos al mes. También debemos tomar en cuenta que se requiere un capital inicial si se trata de un negocio y para eso podemos optar a créditos, con sus respectivos impuestos, pago de servicios, materias primas, entre otros gastos fijos, dependiendo de su ahora “negocio”, sumando a ello gastos en comunicación, marketing y publicidad sin los que un emprendimiento no funcionará, más todo lo que se refiere a su profesión artística que expliqué inicialmente.

El mundo del emprendimiento, conlleva grandes esfuerzos para aprender a gestionar cada faceta de una pequeña empresa, pero, sin la educación financiera básica,  el dinero para empezar y el equipo adecuado, personal experto en cada área, sin instalaciones; aún con muchas buenas ideas, energía y la ilusión, la realidad es que se hace demasiado difícil sostener estos proyectos.

Las posibilidades de crecimiento disminuyen, pues constituyen una  elección pesada frente a gastos necesarios, y básicos, en un país con salarios demasiado bajos para costear el derecho a lo digno y mínimo. Estos cuestionamientos buscan identificar las dificultades que encuentran las artistas, si no cuentan con todo lo necesario para hacerse de un trabajo digno en un contexto que no les brinda las facilidades para ello. También, recordar que necesitamos que el arte tenga un posicionamiento en la economía, pero justa, porque es parte y aporta al PIB. Reconocer que las personas artistas merecen autonomía económica, seguro social, vacaciones pagadas o beneficios similares a los que otorgan  las grandes empresas privadas que contratan en planilla, es indispensable, pero, ¿Qué se necesita para que esto suceda?

Salir de ideas como, que la oportunidad de “vivir del arte” sea exclusiva para quienes logran salir en programas televisivos mediáticos, o residencias y becas, o simplemente la suerte de haber nacido en un contexto familiar donde se te facilite acceder a presupuestos, aportes de organizaciones o compañías extranjeras, y asociaciones nacionales herméticas.

¿De quién depende encontrar las soluciones de los artistas?

Es un tema que se eleva a los grandes poderes que rigen también el sistema dominante. ¿Podemos las personas desde nuestras posibilidades como población, cambiar las condiciones laborales para un sector laboral?

Algunas, anhelamos que la organización social nos muestre el camino para armar una estructura estatal capaz de responder a todas las necesidades de la sociedad. Merecemos autonomía económica para las profesiones artísticas, sin importar si tu labor se ejecuta en un escritorio, oficina de gobierno o un semáforo. El arte debe dejar de verse como un pasatiempo, debemos empezar como sociedad a dejar de actuar y creer que al artista se le paga con una comida o unos aplausos.  La persona artista merece estabilidad económica, autonomía. La posibilidad de hacer su trabajo con un salario digno que le permita vivir en dignidad, establecer una familia, pagar un lugar para vivir, siendo tratada con los mismos beneficios que las demás profesiones y oficios.